Todo surgió porque mis vecinas peruanas se iban de vuelta a Lima y me dejaron en herencia la receta de la tarta de chocolate que se había convertido en la "oficial" de todos los cumples de la urbanización.
Pero he aquí que yo en mi vida no había hecho más que el bizcocho de yogur que hacemos tod@s de pequeños... Así que con tan solo la lista de ingredientes, que fue mi legado mas precioso (Gracias Isabel), intenté una vez y una segunda y una tercera... y cada vez le llevaba un trozo a mi vecina del primero: "prueba y dime cómo podemos mejorarlo". Y ella venga a comer tartas no especialmente bien hechas. PEro al final lo conseguimos.
El bizcocho estaba ya dominado pero faltaba la cobertura que ellas hacían y yo venga a batir la mezcla del derecho y del revés, los ingredientes uno por uno, todos juntos... hasta que al año siguiente volvió Isabel. Le pregunté pero no tenía tiempo para enseñármelo. Así que me dijo (lo transcribo según el sonido que yo oí por entonces) "es como un fosh". Total, Google, que es uno de mis mejores amigos, me ayudó a descubrir que se escribe "foche". Así descubrí que había que calentarlo. Jamás lo había pensado.
Ya os podeis hacer una idea de mis conocimientos de repostería...
Total, con ambos dominados, volvió la tarta de chocolate a nuestros cumples. Pero me aburría de los confetis de colores, los lacasitos y fideos de chocolate... Y volví a Google. "A ver que puedo encontrar de deoración de tartas..." Y descubrí el fondant. Y que se podía hacer con nubes y no solo con los ingredientes esos raros que nunca he probado.
Cogi a mis hijos, hicimos una pequeña prueba y eso prometía, así que nos decidimos. Y mi hermana, que es una envidiosilla de estas cosas porque ella es la repostera de la familia, me descubrió una tienda en Pozuelo donde comprar el fondant ya listo, colorantes, cortadores, rodillos, moldes de piruletas, purpurinas... Compramos fondant ya listo y empezamos a hacer cosas.
Y lo primero que hicimos fue una prueba para el cumpleaños del niño. Así que lo que podíamos hacer era... un pirata (que plagié de los diseños de cupcakes que vi por ahí...). Este fue el resultado
A los niños les encantó, sobre todo porque tuve a 8 niños haciendo el pendiente de la nariz, los lunares del pañuelo y churritos, muchos churritos. Y a mi vecina del primero (sí, la de las pruebas del bizcocho inicial) haciendo la nariz porque no le gustó la que yo le iba a poner. Salió un poco de aquella manera, sobre todo porque guarreamos mucho y teníamos que llevarla a la piscina corriendo, así que no hubo tiempo para limpiar el plato... Pero puedo decir que fue todo un éxito!!!
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